Historia

Entre las competencias municipales, la del cementerio y servicios funerarios es una de las que tienen más tradición. La convivencia de disposiciones civiles y religiosas sobre los cementerios tiene lugar a partir del siglo XIX, cuando con anterioridad a la revolución liberal los cementerios eran exclusivamente eclesiasticos.

Mataró: detall Convent dels Caputxins

Projecte de port de Mataró” (detall Convent dels Caputxins), obra de Fèlix Puig s.XVIII. Museu de Mataró.

En Mataró, el cementerio católico, llamado cementerio de los Caputxins se inició el año 1817 y desde aquel momento ha venido prestando servicio a la población. Así mismo a partir de 1876, se inició la construcción del cementerio municipal o civil situado al lado del católico. Del cementerio de los Caputxins se conserva un «Reglamento Particular de Cementerios Católicos de Mataró» de 1920, en el que se indica que

“siendo la parroquia propietaria del cementerio porque la construyó a su costa, a ella le corresponde igualmente la administración económica, la conservación y la vigilancia del mismo”

Por otra parte también se tiene constancia de la existencia de un “Reglamento del Cementerio Municipal de Mataró” del año 1879 en cual se enterraban

“decorosamente los cadáveres de los que mueran fuera del gremio de la Iglesia Católica … [en] … el terreno que existe cercado extramuros de esta Ciudad y a espaldas del cementerio católico”

Estos dos cementerios constituyen el actual cementerio de los Molinos, los cuales fueron cedidos por la parroquia de Santa María al Ayuntamiento de Mataró, el cual los aceptó en acuerdo del Pleno de 4-11-1982. Con posterioridad, el Ayuntamiento de Mataró construyó un nuevo cementerio que lleva el nombre de su nueva ubicación. Es el cementerio de Torrent de les Valls, que comenzó a prestar servicios des de el año 1992.

Manuel Cusachs i Corredor, periodista y historiador mataronés, ha escrito «Cementerio dels Caputxins». La publicación ha sido posible gracias al mercenazgo y la colaboración de Cementiris Metropolitans CGC, Serveis Funeraris Integrals, y la funeraria Cabré Junqueras.

 

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El secretario del Museu Arxiu de Santa Maria era la persona idonea para hablar sobre «Cementiri dels Caputrxins». La publicación de Els cementiris de Mataró (1982) facilitó el trabajo de futuros estudiosos. Salicrú siempre ha insistido en la necesidad de fomentar el conocimiento histórico de los cementerios, y a aprender a valorarlos como espacios de recogimiento y serenidad. El libro de Manel Cusachs cumple esta función. Consigue explicar pedagógicamente la historia casi bicentenaria del cementerio.Tenenemos que suponer que su inaguración en el año 1817, fue largamente esperada por los mataroneses. De los 249 entierros hechos el año 1819, 208 se hicieron en el Cementerio de Caputxins. Después de la breve  ocupación de los franceses durante el trienio liberal, en el cual prohibieron temporalmente enterrar persones, volvió a ser el gran cementerio de Mataró. Afortunadamente, no se vió afectado por el incendio de 1835 que destruyó completamente el Convent dels Caputxins. Habría estado una gran pérdida para la ciudad de Mataró, pues a partir de 1832, el Cementerio de Caputxins era el único que operaba. A raiz del incendio y la desamortización de Mendizábal, el cementerio perderá su relación con el estamento eclesiástico. Hasta la inaguración del Cementiri Torrent de les Valls (1992), fué el único espacio donde se podrán hacer enterrierros de los mataroneses. El fotógrafo Ramon Manent i Rodon firma las imágenes que ilustran la obra. Juntamente con el plano del Cementiri dels Caputxins, donde figura la localización de veintiocho personajes destacados- entre ellos el arquitecto modernista Josep Puig i Cadalfach y el político republicano Miquel Biada, recientemente homenajeado -, ayudan a amenizar más la lectura. Esperamos que su difusión ayude a redescubrir un espacio demasido desconocido de la capital del Maresme. portada-llibrePueden descargarse el libro en format pdf (12Mb)